Las cifras de transacciones e hipotecas vuelven a bajar a ritmos que no se veían desde el año 2009
Los últimos números publicados sobre el sector inmobiliario español no dejan lugar a dudas sobre la recaída que está sufriendo el «ladrillo» español, que definitivamente dice «adiós» a su recuperación. Muchas de las principales referencias vuelven a sufrir descensos tan grandes como en los peores momentos de la crisis. Algunos expertos decían que el mercado inmobiliario español se había ajustado ya por cantidades, es decir, que no se podía construir menos ni vender menos viviendas.
Así, por ejemplo, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas cayó en julio un 47 por ciento interanual, hasta los 29.523 préstamos. Se trata de la cifra más baja desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) empezó a elaborar este indicador en el año 2003. También bajó el importe medio de los préstamos, hasta los 110.000 euros, lo que supone un descenso del 9 por ciento respecto a hace un año, lo que implica que los precios de las viviendas continúan cayendo con fuerza.
Morosidad de particulares, baja.
Al menos, la morosidad de los particulares sigue en niveles muy bajos: los créditos hipotecarios dudosos concedidos a los hogares para comprar una vivienda alcanzaron en el segundo trimestre del año el 2,469 por ciento, según la Asociación Hipotecaria Española. Y la posible bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo en la reunión ordinaria de octubre puede ayudar a las familias y, por tanto, también a los bancos. Pero no hay que olvidar que las entidades financieras tienen a su favor que en España la ley no permite que un hipotecado salde su deuda con el banco devolviéndole el inmueble, pese a que cada vez más hipotecados le deben a la entidad más de lo que vale la vivienda.
Las constructoras y promotoras, el gran problema.
También es verdad que para los bancos su principal problema viene de la mano del sector promotor, el 18 por ciento de cuyos créditos son morosos. Aunque hay casos mucho más extremos: por ejemplo, Deutsche Bank, acaba de admitir que el 75 por ciento de los préstamos concedidos a los promotores españoles está en riesgo de impago. De ahí que las entidades financieras hayan iniciado el nuevo curso con la presentación de nuevas ofertas y, así, impulsar la venta del «stock» que acumulan.
Pero la expectativa de unos tipos de interés más bajos no ayuda a la contención de la caída de precios. De hecho, está ocurriendo todo lo contrario. Los gráficos muestran que la moderación de los descensos fue sólo un espejismo y durante el segundo trimestre volvieron a caer con fuerza, aunque no tanto como en el año 2009, cuando las caídas rozaban el 8 por ciento interanual.
A tenor de las nuevas previsiones del Banco de España, es de esperar que, o bien se acelere aún más el ritmo de descenso de los precios, o bien el proceso se alargue. Según el escenario adverso del Banco de España, en 2012, el ajuste desde máximos en el suelo será de un 65 por ciento. Y el de la vivienda, de un 38 por ciento. Según el escenario base del Banco de España, el ajuste desde el pico del ciclo sería de un 30 por ciento a finales del año 2012. Aunque los analistas consideran que un análisis que no prevea un ajuste de al menos un 45 por ciento de la vivienda no es creíble.
Las transacciones están en caída libre. Según las últimas cifras publicadas, el número de viviendas vendidas cayó un 34 por ciento interanual, en mínimos desde mediados del año 2009, aunque llegó a caer hasta un 46 por ciento ese año.
Las promesas electorales están provocando una cierta confusión, como la del mayor partido de la oposición, que prevé restaurar la deducción por compra de vivienda. Esta propuesta corre el riesgo de anular el efecto de la medida adoptada por el Gobierno a finales del verano, mediante la que el IVA por el que tributan los compradores de viviendas nuevas, bajaba del 8 al 4 por ciento. Aunque, con o sin deducciones, lo que de verdad ayudaría al sector sería que la crisis griega se solucionara y se desatascara el mercado interbancario. «El factor clave no es la fiscalidad, sino la financiación y con las propias necesidades de los bancos, la recuperación del sector se complica», asegura el analista independiente José Barta. Pero, además, según Julio Rodríguez, ex presidente del Banco Hipotecario, el mercado de trabajo y la falta de confianza juegan en contra. Además de los recortes de salarios y del gasto público.
Fuente: C.Vallejos, / Finanzas.com
publicado por: LUNDQUIST & NIELSEN